En la primera guerra meridional sé que soñaste conmigo,
estaba pensando en invitarte a cenar y me pegaron un tiro.
La vuelta ciclista del 63 no la llegó a acabar nadie.
John Fitzgerald Kennedy quería saludar y eligió un descapotable.
Ya nadie cree en los cuentos de hadas,
qué pena que no haya ortopedias bonitas para las chicas guapas.
Es muy complicado dormir siempre a tu lado.
Qué pena que no haya ortopedias bonitas.
El record Guiness de escalar tu balcón no me duró una semana,
un equilibrista utilizó el ascensor y no contó como trampa.
Un seductor pidió la jubilación porque se había enamorado,
y yo me pegunto: ¿es pronto para decir
qué haremos sin Marlon Brando?
Ya nadie llama a los tranvías deseo.
Qué pena que no haya violadores políticamente correctos.
Es muy complicado dormir siempre a tu lado.
Qué pena que no haya violadores correctos.
Ya nadie llama a los tranvías deseo.
Qué pena que no haya ortopedias bonitas para las chicas guapas.
Es muy complicado dormir siempre a tu lado.
Qué pena que no haya ortopedias bonitas.
estaba pensando en invitarte a cenar y me pegaron un tiro.
La vuelta ciclista del 63 no la llegó a acabar nadie.
John Fitzgerald Kennedy quería saludar y eligió un descapotable.
Ya nadie cree en los cuentos de hadas,
qué pena que no haya ortopedias bonitas para las chicas guapas.
Es muy complicado dormir siempre a tu lado.
Qué pena que no haya ortopedias bonitas.
El record Guiness de escalar tu balcón no me duró una semana,
un equilibrista utilizó el ascensor y no contó como trampa.
Un seductor pidió la jubilación porque se había enamorado,
y yo me pegunto: ¿es pronto para decir
qué haremos sin Marlon Brando?
Ya nadie llama a los tranvías deseo.
Qué pena que no haya violadores políticamente correctos.
Es muy complicado dormir siempre a tu lado.
Qué pena que no haya violadores correctos.
Ya nadie llama a los tranvías deseo.
Qué pena que no haya ortopedias bonitas para las chicas guapas.
Es muy complicado dormir siempre a tu lado.
Qué pena que no haya ortopedias bonitas.
Manos de topo